Este
dicho popular proviene de una expresión inglesa del siglo XVI que es
“la preocupación mató al gato” que
refleja que la preocupación en exceso es perjudicial para la salud,
dado que los gatos son muy cautelosos. Ser curiosos, indagar, puede
llevarnos a situaciones indeseadas, sino fíjense en el mito de Eros
y Psique, en el que ambos
se unen en matrimonio y acepta Psique la condición de no ver a su
amado. Gozaban de felicidad y de amor, pero sus hermanas, presas
de envidia,
le instaron a que por la noche mientras dormía,
encendiera una lámpara porque
estaba con un mounstruo. Psique, envenenada por sus palabras, lo hizo
esa misma noche y una gota de aceite de la lámpara se resbaló y lo
alcanzó. Él se sintió traicionado y terminó su dicha. En muchas ocasiones en la vida
cotidiana nos ocurre esto al querer averiguar, adelantarnos. Así
estropeamos conversaciones, no dejamos hablar. Ocurre muy a menudo también en
las parejas, donde por querer saber demasiado o desear aquello que
vamos buscando, traicionamos al otro y a nosotros mismos en nuestros
pactos. Si eras feliz en esos momentos ¿acaso no soportas la
felicidad? ¿tienes que buscar donde no hay?
Laura
López psicóloga-psicoanalista
Telf
610 865 355
www.psicoanalistaenmalaga.com
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