Una
persona que en sus relaciones en la vida actúa sometiendo a los
otros (siempre hay alguien que hace el papel de sometido), la otra o
las otras personas acabarán por manifestar de manera inconsciente
(lo actúan, sin pensarlo, padeciendo de ello, enmascarado en la
cotidianidad) su negatividad y desprecio hacia dicha persona,
pudiendo atentar contra aspectos que los unen, ya sea en lo laboral,
en la amistad, etc. Por ello, al final, quien se somete realmente es
la propia persona que lo pretende, porque provocará la rebeldía de la marea, que ahogará los castillos de arena construidos grano a grano. Trabajar juntos en el bien común es lo que nos civiliza (si no recuerda más bien al primigenio hombre de las cavernas, donde comprendieron que la unión hace la fuerza) y lo que nos hace sentirnos miembros igualitarios de la humanidad., porque en la vida, solo, no se puede hacer nada ¿Merece la pena?
Laura
López psicóloga-psicoanalista
lauralopez@psicoanalistaenmalaga.com
610865355
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