Sabemos desde el
psicoanálisis que nuestro psiquismo está en continuo
funcionamiento, digamos que la energía libidinal o deseo es lo que
nos mantiene vivos. Por ello es que somos sujetos deseantes. Al deseo
le interesa desear y poner nuestras energías en el mundo es señal
de salud. Aprender a sumar, porque el deseo nunca se agota. La rigidez libidinal está relacionada con la patología, en la que el individuo tiene sus energías puestas en el síntoma y es incapaz de amar y trabajar. El ser
humano debe aprender, capturar, adquirir, abarcar...para producir su
humanidad, si no nos “apretaremos” en una vida pobre, rozando lo
animal.
Laura López, psicóloga-psicoanalista
Laura López, psicóloga-psicoanalista
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